La Mola del Puerto de Mahón, Menorca

Oficialmente denominada Fortaleza de Isabel II, su nombre popular es La Mola

 

La Mola de Mahón es conocida por todos los habitantes y visitantes de Menorca, situada en la orilla norte de la bocana del puerto de Mahón preside majestuosa la entrada de buques y embarcaciones de recreo del segundo puerto natural más grande del mundo.

 

Menorca, estratégicamente ubicada en el Mediterráneo occidental y el descomunal tamaño del puerto de Mahón, actual capital de la isla, han hecho de nuestro puerto un enclave muy cotizado por las potencia marítimas europeas a lo largo de la historia.

 

Tras varias vicisitudes, el puerto de Maó retornó a la Corona española tras el tratado de Amiens.

 

A partir de ese momento debido a las crecientes tensiones entre Francia y Gran Bretaña y sumado a la invasión Francesa de Argelia propiciaron la decisión por parte de la corona española de fortificar el acceso al puerto de Mahón. La carencia de defensas marítimas de la isla y el desmantelamiento del Castell de Sant Felip, en la orilla sur de la bocana del puerto, propiciaron que en 1848 se le encargara a Celestino Piélago la construcción de la actual Fortaleza de Isabel II.

 

Ya en 1872 tras años de duro trabajo se inauguró el recinto de la Mola aprovechando la presencia de la Reina Isabel II en Menorca, aunque su construcción no finalizaría hasta 1875. Una vez terminada pasó a ser y es en la actualidad la mayor fortificación militar de Europa del siglo XIX.

 

Sus partes más significativas son de gran belleza y bien merecen una visita, la Puerta de la Reina, denominada así en honor a la Reina Isabel II, la laberíntica “mina” que fue utilizada durante muchos años como polvorín, así como su enorme plaza de armas que actualmente se utiliza para celebrar distintos eventos que se organizan en Menorca.

Muy interesantes son sus sistemas de pluviales para la recogida de aguas, un bien muy preciado en la isla de Menorca donde el agua nunca ha sobrado y donde sus construcciones fueron famosas por recoger tan preciado elemento en épocas de sequía.

 

La cantera, de donde se extrajeron manualmente los “cantons” de marés que se utilizaron para construir sus muros y defensas tampoco te dejará indiferente y te mostrarán la dimensión de la obra que actualmente podemos disfrutar al entrar al Puerto de Mahón .

 

No podemos dejar de visitar los famosos cañones Vickers fabricados en 1933, la joya de la corona de la Mola, capaces de lanzar sus proyectiles a 35km de distancia son uno de los reclamos más famosos del recinto y conocidos por todo menorquín y menorquina.

 

La fortaleza de la Mola consta de tres niveles de defensa, la llamada defensa lejana de la cual forman parte estos cañones Vickers, la defensa mediana también conformada por artillería y finalmente la defensa interior que estaría al cargo de fusileros que defenderían la fortaleza en último término.

 

Cabe destacar que uno de estos cañones que presiden y defienden el Puerto de Mahón estuvo en activo durante guerra civil, actualmente se pueden visitar y es de destacar el buen estado de conservación en que se encuentran.

 

Más tarde ya 1900 se construyó el denominado canal de Sant Jordi que separa la isla del Lazareto, que antaño fue península al estar unida por un pequeño istmo a la Mola. Actualmente aún en uso y que da acceso a la conocida Cala Teulera, lugar de recalada de barcos de paso por Menorca y de menorquines que suelen pasar el fin de semana disfrutando de su calma y tranquilidad.

 

Con el Don Joan nuestro Glass Bottom Boat zarparemos rumbo  la bocana del puerto recorriendo 5 km de ensenada, para salir a mar abierto por su bocana dejando la fortaleza de Isabel II a babor para recalar en el Clot donde podremos disfrutar del fondo marino y de los muros de defensa de la Mola desde el mar.

 

Después accederemos a Cala Teulera desde donde tendremos una visión privilegiada de la fortaleza así como de las torres de vigilancia construidas por los Británicos, para seguir navegando a lo largo de la cala dejando a babor los muros del famoso Lazareto de Mahón para después atravesar el Canal de Sant Jordi y adentrarnos de nuevo en el puerto y seguir disfrutando de las bellas vistas que nos ofrece.

 

Sin duda una excursión por la historia de Menorca que no te dejará indiferente y que te permitirá disfrutar de la navegación por sus tranquilas aguas desde nuestra cubierta superior o relajadamente tomando un refresco en nuestro bar.