Menorca no es sólo Sol y playa, sus pueblos tienen un encanto especial, sencillos, amables y muy mediterráneos.
Llegar a Menorca en barco o en avión es un espectáculo, por mar la entrada al majestuoso puerto de Mahón te da una perspectiva privilegiada de sus calas, si llegas al puerto de Son Blanc en Ciutadella verás como sus muelles están incrustados en el acantilado dejando ver cuevas y arenas blancas no muy lejos.
Al llegar en avión el espectáculo es alucinante, te vas acercando a un pedazo de tierra llamado Menorca y podrás intentar averiguar qué cala o qué pueblo estás sobrevolando.
En primavera sus verdes campos te sorprenderán y ver desde el cielo las llamadas “parets seques” que demarcan y separan los campos de Menorca cuadriculando cada rincón del territorio.
Una vez en tierra se abren un sinfín de posibilidades, puedes empezar por explorar la zona donde te alojas para conocer los restaurante, la playa que tienes más cerca, recorrer algún tramo del Camí de Cavalls que seguro pasa cerca de tu hotel, etc y después hay que hacer ruta de pueblo en pueblo.
En varano cada día encontrarás un mercado artesano en una de sus poblaciones, mercados en los que podrás comprar la mejor artesanía menorquina.
Es Castell, el primer Sol de España es la población más al este de Menorca con Cales Fonts como centro neurálgico. Un bello puerto de pescadores donde restaurantes y bares se encuentran incrustados en el acantilado, no sabrás cual elegir. Fundado por los Británicos en los arrabales del Castillo de San Felipe aún conserva la influencia británica en sus edificaciones.
De Es Castell a Mahón, la capital con su puerto interminable donde encontrarás el Don Joan nuestro barco con visión submarina, con el que podrás recorrer el puerto de Maó durante una hora y conocer sus secretos de la mano de nuestra experimentada tripulación, gran conocedora de la historia e historias que esconden sus aguas.
Más tarde un paseo por su centro histórico te encantará, el Mercado del Carmen, Santa Maria, Ca n’Oliver, el Museo de Menorca y mucho más.
Sant Lluís, no muy lejos de Maó es una localidad que fue fundada por los franceses y que conserva sus calles con casas blancas e impolutas como antaño desde allí podrás visitar Punta Prima, Binibeca visita ineludible y otros bellos rincones.
Sant Climent a pocos kilómetros de Maó bien merece una visita, así como Alaior ya camino de Ciutadella. Sus empinadas calles y su centro histórico peatonalizado están repletos de bellos rincones.
Siguiendo la ruta hacia Ciutadella una parada en Es Mercadal para ver su aljibe o el mercado artesano al atardecer te encantará. No muy lejos de allí se encuentra Fornells pueblo pescador en el que la caldereta de langosta es la reina, ahí podrás degustar los más exquisitos platos menorquines y pasear a la orilla del mar.
Ferreries muy cerca de Ciutadella te ofrece la oportunidad de comprar o chafardear las colecciones de Jaume Mascaró, Pretty Ballerinas tan conocidas en el mundo entero y que tienen su origen en esta emprendedora localidad.
De allí una visita a la famosa Cala Galdana una playa encajada entre acantilados que te alucinará un baño en sus cristalinas aguas es ineludible.
Seguimos ruta y llegamos a la espectacular Ciutadella, Ciutadella de Menorca no te la vas a acabar, sus palacios, callejuelas, comercios, restaurantes y su pintoresco puerto te acogerán de maravilla.
En su bello puerto encontrarás al Fiesta Rojo, nuestro barco, con el que podrás optar por recorrer las playas vírgenes del sur de Ciutadella, bordeando bellos acantilados hasta recalar en Son Saura, Calan Turqueta y Macarella.
Tres de las calas más bellas de Menorca, allí nos daremos un baño y degustaremos una deliciosa paella que siempre va bien para reponer fuerzas.
Aquí tienes una ruta express por la isla y es que nos gusta tanto que no podemos parar, así que ahora ya tienes información básica para conocer las playas vírgenes a las que puedes acceder con el Fiesta Rojo y a otras por el Camí de Cavalls una vieja ruta que discurre por la costa de nuestra isla.
Menorca te alucinará, pero mejor que tu mismo organices tu rutas.
Oscar Montón
